Escupido 2

Para mentir hay que tener buena memoria.

Y no lo digo por mí, sino por el consejo pasado, de cómo ahuyentar a los galanes, “a esos que nos hacen perder el tiempo”, pues bien hace unos días mientras venia de entregar mis documentos y de recoger mi pase para mi examen de ingreso del servicio docente, me tope con el galán de la otra vez “el escupido”, me disponía a tomar mi respectivo taxi y mientras le hacia la parada escuche que alguien decía: _¡Maestra…, maestra…, maestra…! al mismo tiempo que subía de tono y un tanto desesperado el grito por ser escuchado, me dice un señor que estaba parado al lado mío _creo que le hablan señorita, al ir volteado poco a poco como en cámara lenta cuando vi de quien se trataba y para sorpresa mía, si, era el de 30 y tantos años, alto delgado, el impecable bien peinado, el que revoloteaba como mariposa, el coqueto, hombre casado, que manda a sus hijos a la guardería, el infiel del otro día, bueno ya, cuando volteo el taxi está parado frente a mí y el con ojitos de borrego a medio morir solo me dice _adiós que le vaya bien maestra y yo con cara de queeee solo eso tanto chingao grito para eso, cualquiera hubiera pensado que pasaría como en las películas de final feliz, cuando el galán sale corriendo tras la protagonista y le dice que la ama y que no puede vivir sin ella, la toma en sus brazos y la besa. Mientras volteaba en cámara lenta como decía, el calzón perdón el corazón me empezó a dar un vuelco en ese momento me pasó como los que dicen que están a punto de morir y les pasa toda la película de su vida por su mente, (no pues si ni modo que por donde verdad) ya me veía corriendo a él y el tomándome en sus brazos al mismo tiempo que me dice enviudeeee! O ya me estoy divorciando porque me quedé enamorado de usted y yo haría y daría todo por su amor. Cuando el claxon de mi taxi me hizo volver a la realidad y me dice el conductor se va o se queda, no pues me voy…