jueves, 4 de junio de 2009

CONTRICIÓN




Marcela pasaba a la iglesia cada vez que podía, aunque las reprimendas de los sacerdotes habían hecho que dejara de confesarse. Pedía perdón por su pecado con toda la fe del mundo pero sin demasiadas esperanzas… en casa solía despertarse en medio de la noche, mirar el bello rostro de Helena con quien compartía el lecho desde hace años y lamentar que fuera precisamente el más grande amor de su vida lo que la condenaría a las llamas eternas. Antes de seguir durmiendo, se guardaba estas reflexiones para sí misma, no fuera que importunaran el sueño de su amada.

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7 comentarios:

Liz Marin dijo...

siempre he pensado q cada uno haga lo q quiera,mi lema vive y deja vivir...lastima q hoy en dia todavia queda gente q se mete en la vida de los demás...


besitossss

Duncan de Gross dijo...

Cuanta razón tiene Eli...

la margarita mia dijo...

debemos hacer lo que queramos en cada momento, siempre que no perjudiques a nadie, eso pienso, sin sentirte culpable de nada, todo pasa porque tiene que pasar. saludos.

TORO SALVAJE dijo...

Que disfrute y que se olvide de esas chorradas.

Besos.

@Intimä dijo...

Corazón en contraposición con la razón.
Besitos.

Chris De Lioncourt dijo...

Si se justifican los "xqs" del amor, deja de serlo; el amor no necesita motivos para serlo, estarlo.

Salu2

Chris De Lioncourt

Anónimo dijo...

No sé ni porque se molesta en entrar en la iglesia, total, haga lo que haga se lo van a cuestionar igual...

Vive y deja vivir, eso sí debería ser lo primordial en todas las personas.